El artículo que van a leer
corresponde a la pluma de la señora Maritza Espinoza, que he modificado
arbitrariamente (todas las negritas
contienen tales cambios, los puntos en blanco también y soy responsable de
ellas), leamos juntos por favor:
Redacción LR
Domingo, 13 de Agosto del 2017
Para no estar esperando, como
siempre, el último minuto, voy proponiendo desde ya que aprovechemos la próxima
llegada del papa Francisco a Lima para iniciar el proceso de canonización de
una mujer que, pese a viles calumnias y sesgadas interpretaciones de la
repulsiva fauna caviar (antes llamados “los cívicos”), ha demostrado ser tan
inmaculada como el mal olor de las pezuñas de
un becerro con pretensiones de búfalo.
El proceso por el que abogo recae en la celestial inocencia de una dama
poco afortunada, víctima de una campaña de demolición solo porque las autoridades
judiciales del hermano mayor de
Sudamérica confirmaron que su
ilustre e inmaculado nombre aparece
en las agendas de esa Pascualina --------- llamada Marcelo Odebrecht.
La frase la conocen todos:
“Aumentar ----- para 500 e eu fazer visita", pero, obviamente, las
malignas interpretaciones que han proliferado por estos días nada tienen que
ver con la realidad, como esa de que indicaría que Odebrecht, ese huesudo Santa
Claus de las campañas presidenciales, iba a aumentar su aporte a la candidatura
del cinismo a 500… ¿dólares? ¿Miles
de dólares? ¿Millones de dólares?
¡Mentiras! ¡Calumnias! ¡Que lisura! Obviamente, tratándose de
casi una santa, cuya inocencia se mantiene incólume aún en medio de una montaña
de evidencias maquinadas por Satanás y compañía, y no de alguno de los
pezuñentos pedigüeños de los otros partidos, esa frase solo podría significar
una cosa: se debía incrementar a 500 el número de oraciones que Marcelo
recitaba cada noche en homenaje a la santa madonna que hoy conduce, a bordo del
más milagroso de los vehículos de la
oscuridad, a todos sus santos apóstoles ---------- que salvarán al Perú.
¿Y la visita? ¡Abviaaaa! ¿Acaso
no es normal que los lugares donde habitan los santos sean sitios de
peregrinación y adoración? ¿Cuál es la diferencia entre ir a la gruta de
Lourdes para adorar a los pastorcillos de Fátima que llegar hasta esa humilde
morada de la avenida La Floresta para inclinar la cabeza en mística
contemplación de la santidad por revelar?
¡¿Cómo se les ocurre que “Turandot” la de los enigmas, va a necesitar
propinas de una empresita de medio pelo?! Uno no puede comparar a esta
intachable dama con menesterosos como Ollanta o Toledo que, sin duda alguna, fueron
con sus bolsas de mercado a recibir las dádivas que Barata repartía por órdenes
de Odebrecht. No olvidemos que ha heredado de su padre -------–sí, ese mismo
venerable hacedor de entuertos que,
ganando dos mil solcitos mensuales, pudo darle quince millones de dólares de
bolsa de viaje a su coyera calvo y preso
y, luego, ¡oh, milagro!, devolver otros quince millones al erario nacional– la
capacidad que solo una persona tuvo hace más de mil años antes que ellos: la de
multiplicar los panes y los peces, ----------------
Y si Albertito Limonta –recuerdan la trágica “El derecho de nacer”-
con “Turandot” como testigo, pudo imitar ese milagro al multiplicar
sus dos modestas luquitas mensuales y convertirlas en más de un millón de
dólares para pagar los extravíos de
------- y sus hermanitos en una democrática
universidad gringa, su primogénita no se quedó atrás: recuerden cómo, en
plena campaña electoral, logró sacar 700 mil dólares en una sola coctelada
bailable y –cuentan las hasta hoy inidentificables buenas almas que allí
estuvieron– convertir el agua de caño en el más rico de los Intipalkas. ¡Chúpate
esa mandarina, Cristo Jesús!
Pero, para quienes aún dudan de
su santidad, la prueba definitiva es que, a pesar de que los apuntes de
Odebretch obran en la justicia del
gigante de estos lares casi desde el inicio de las investigaciones de Lava
Jato, por algún milagroso fenómeno –solo explicable por la intervención divina–
los probos fiscales peruanos jamás los vieron y, menos, escucharon cuando, en
el interrogatorio ---------- al que asistieron, el empresario brasiloño dijo
(seguramente instigado por el demonio en persona) que su empresa había
repartido dinero a todos los candidatos por igual, incluyendo a la insatisfecha “Turandot”,
Por todo eso, yo, que ahora ya
estoy convencida de que esas calumnias no son más que pruebas que Dios le manda
para templar su ánimo, propongo, ¡no!, exhorto a monseñor Juan Luis Cipriani
–que no por nada es su íntimo– que de una vez por todas ponga en marcha el
proceso de canonización de Santa -----de Lima, para que, apenas Francisco
llegue -----, se produzca su ascensión a los cielos en medio de angelicales
cánticos y multitudinarias oraciones. Amén.
Unámonos hermanos de la ignorancia y compañeros de la miseria y se
canonice a nuestra bien amada e inmaculada Keiko Sofía, para que suba a los
cielos y redirigida en el acto al
infierno donde pertenece.
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