El, rencor es el NO olvido, afecta
a quién sufrió un acto, hecho o decisión
humillante. En el caso de Fujimori el rencor es del pueblo hacia su ex –
gobernante del que no diré ni extenderé en cuanto su gestión, más en la balanza
de los resultados ésta fue negativa no sólo por las muertes de inocentes que le
imputaron y por las cuales fue juzgado, sentenciado e indultado por la nueva
administración del País (24 de diciembre de 2017), también por haber destruido
los sindicatos, fomentar la informalidad y el robo a los trabajadores vía las
AFP.
Pero el rencor en la visión de su
familia y de él mismo, es al contrario, es decir, Alberto Fujimori “ha sido el
mejor presidente de la Historia del Perú”, por tanto, haberlo tenido preso en
CÁRCEL DORADA durante doce años –la mitad de su condena- es la peor humillación
que pueda haber sufrido pues se considera y lo consideran inocente de los
crímenes que cometió, debido a ello, el ex gobernante no ha pedido perdón (que
para nada sirve, excepto el gesto de decirlo) a los deudos de las víctimas
motivo de su enjuiciamiento y condena.
En consecuencia, cuando pide “un
Perú sin rencores” alude a un perdón recíproco, “que el pueblo le perdone los
asesinatos de personas inocentes y que él a su vez lo perdonará por haberlo
encerrado.
Pensemos positivamente y
convengamos que, no podemos seguir odiándonos entre peruanos, asumiendo en este
tema y con el espíritu del perdón que el olvido significa, que la familia
Fujimori Higuchi es peruana, puede
discutirse el concepto del significado peruano y en el caso de la familia
mencionada el único lazo de peruanidad es jurídico del que, como es obvio, se
pueden cumplir algunos de los requisitos que nutre la definición de la
nacionalidad y punto.
Ahora bien, si “olvidamos”
crímenes y decisiones con respecto a ellos es justo pensar en la eliminación de
las circunstancias que dieron origen a tales rencores, luego, si realmente
pretendemos perdonar y el Perú continúe su endeble desarrollo, los Fujimori deben
renunciar a cualquier aspiración
política y el pueblo respetar a dicha familia de cara a su propio progreso
integral y de cada uno de sus miembros.
Este es en mi concepto el
contenido futuro del perdón que se reclama.
Ahora bien, dudo mucho que la familia
aludida piense de la misma manera, ¿Por qué? Primero alegarán “derechos
constitucionalmente protegidos” y elegir o ser elegido es uno de ellos y
segundo, siempre en versión de esta familia, será el sometimiento de sus
aspiraciones de gobernante a la decisión del pueblo.
En el escenario anterior, un
pueblo mal educado en un País oscuro y de escasas esperanzas de progreso
conjunto, sometido desde siempre al yugo del poder, olvidado y mísero, muy poco
interés manifiesta en quien gobierne el Perú y si la comunidad internacional no
nos coloca como un País fallido a la par de Somalía, por ejemplo, se debe a su
ubicación geográfica a diferencia del País africano que ubicado en el mismísimo
“cuerno africano” teniendo como vecinos a Etiopía y Kenia dentro de un área
altamente conflictiva y pobre muy poco es lo que puede aportar –aventurando esta
posibilidad- al Continente del que forma
parte; Y como no nos interesa quién gobierne nos guste o no, cualquier “Francisco
Pizarro” volverá sentarse en el sillón del conquistador únicamente para robar.
Alberto Fujimori además, agrega, “un
objetivo superior”, ¿Cuál sería este objetivo? Que vuelva a gobernar él o uno
de sus hijos, porqué obsérvese que tuiteó: “..objetivo superior sin añadir o completar la frase con “PERÚ” (…”con un objetivo superior el Perú”) y no lo
ha hecho adrede, es lo que pienso, para en ese amplio concepto colocar cualquier
cosa que él y su familia entiendan por “objetivo superior”.
Nadie, en su sano juicio, desea
el enfrentamiento mientras no sea producto de la envidia, sino búsqueda de la justicia y por ende de la Paz. PERO LA RECONCILIACIÓN DEBE TENER PARÁMETROS MÍNIMOS DE ENTENDIMIENTO y el principal que la familia Fujimori se abstenga de participar en política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario