“La semana pasada escribí en esta
misma página (“Mi mercadito”, 20/1/2018) sobre el absurdo de la moratoria
(prohibición) para la constitución de nuevas universidades y los esfuerzos
regulatorios de mejorar la educación con ideas tan aparentemente brillantes
como realmente inútiles. Como suele pasar, muchas personas, sin duda
inteligentes (aunque otras no tanto), criticaron la idea. Me tildaron de
ignorante, de no leer lo suficiente, de no revisar los números de lo que ha
pasado con la educación, de no entender la calaña de las universidades privadas
creadas bajo un régimen de libre iniciativa.”
No es el párrafo que antecede con
el que inicia su comentario el colega Bullard, lo hace, fiel a su estilo, con
un ejemplo que para él, nos lleva de la mano al tema del asunto y que desea
demostrar.
Se olvidó en esta ocasión el colega
de indicar que no suele escribir dos veces sobre un mismo tema algo que precisó
en el asunto de los chocolates.
OPINIÓN
Muy bien, empecemos por estar de
acuerdo en lo compleja que es la organización social que, ni de lejos, corresponde
a lo escrito por Alfredo Bullard, por
lo menos para mí: “La sociedad no es un sistema racionalmente organizado por una o un
conjunto de mentes. Es un orden espontáneo generado por interacción
descentralizada de millones de seres humanos”.
Esta definición no puede aplicarse ni siquiera a la época de las cavernas y hasta el final de medioevo, la sociedad actual
no basa su existencia en un orden espontáneo, sino aquel que impone el poder
como es el caso de la religión en la
edad antes precisada o la fuerza bruta en la época inicial de la humanidad.
Más allá de lo anecdótico es
INCREIBLE que un ser humano defienda la “multiplicación de los antros de robo
dizque educativos”, pero bueno, sus intereses y el corazón de Alfredo Bullard deben
tener especial participación para ejercer una defensa jeroglífica o un moderno
laberinto que ni el “Minotauro” podría vigilar.
Por lo tanto, como el venenoso y
perverso administrador de nuestro País
no hará nada para evitar la proliferación del “robo educativo” y como la
ignorancia es muy atrevida, los estúpidos que se “educan” en esos antros de
aprendizaje que, desde el inicio son
ejemplo incomparable de cómo se
destruyen leyes, valores e integridad, DEFENDERÁN con sable y estiércol su
pobreza educativa, mental y la profesionalización de la corrupción, QUE PAGUEN
IMPUESTOS Y DE LOS MÁS ALTOS, por lo menos el “ROBO CONSENTIDO” podrá y ojalá
así sea, destinarse a mejorar las UNIVERSIDADES PÚBLICAS.
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