“Nadie sabe para quién trabaja”
Los defensores de la identidad de
género, “matrimionio” igualitario, y posibles demás peticiones, por ejemplo, el
solicitar al Reniec que otorgue el DNI de un bebé consignando que tiene dos madres (homosexuales casadas en México)
ver Diario UNO, identifican a los que se oponen agrupándolos en un reclamo
EXCLUSIVAMENTE RELIGIOSO en el que
participan católicos y todas las demás interpretaciones de la Biblia.
¿Por qué, si el asunto es
estrictamente jurídico? La razón es muy sencilla, asocian el “oscurantismo” que
ha perseguido a la Iglesia que representa el Papa por siglos y, desde luego,
por extensión a las otras concepciones de la Biblia, signándolos con el mote de
“retrógrados” para ser generoso con tan ilustres genios de la ciencia y de la
inteligencia, para debatir un tema en el campo fértil de la religión pues saben muy
bien que llegar a un acuerdo tiene una data de
más de dos mil años y sigue pendiente.
Rocío Silva Santistevan en su artículo “El género y Dios” nos presenta
estudios sobre la evolución de la conducta humana y se ampara en grandes
pensadores intentando demostrar la importancia de la igualdad y que el sexo
biológico es independiente del gusto que se pueda desarrollar en el individuo.
En puridad lo que se desea para
imponer SI o SI la identidad de género y el “matrimonio” igualitario es
encausar la discusión por el lado
religioso y el oscurantismo que lo acompaña principalmente pues desde lo
filosófico la resistencia sería mayor en la medida que dada nuestra pobre
educación muy pocos estarán a la altura en ese cambio profundo de ideas.
De manera que, vencedores en el
debate de lo bueno y lo malo establecido en la Biblia y recursos para ganarlo
no les faltan la pederastía de los Sacerdotes y sentencias como la que manda al
archivo la denuncia contra un sujeto con cara de sinvergüenza abonan el lado
oscuro de la Iglesia, en este caso Católica, abre el camino para proponer
cambios en la Constitución que permitan el “matrimonio” igualitario y se
reafirme la enseñanza en las escuelas primarias (cuatro mil inicialmente) de la
identidad de género.
Muy bien, ahora es necesario
preguntarnos: ¿Cuál es el proceso que sigue el Congreso para legislar? y que
eventualmente la autógrafa que la contiene no sea observada por el Ejecutivo y
si lo fuera insistirían en su proyecto y la norma entraría en vigencia al día
siguiente de su publicación en el Diario Oficial El Peruano.
Lo anterior sin embargo demanda
una necesidad reclamada por la sociedad, por ejemplo, definir los límites entre
un Distrito de otro debido a los enfrentamientos de los ciudadanos de uno y
otro distrito que reclaman como parte de su Distrito la zona que reclaman le
pertenece.
Si entendemos lo anterior las
iniciativas legislativas responden a hechos tangibles a las relaciones humanas
en sociedad, a su desarrollo y crecimiento, temas como la religión, salvo la
mención al respeto de las mismas, NO es fundamento para dictar una ley, tampoco
la felicidad que los homosexuales dicen que se les niega, las leyes no penetran la esencia humana ni forman parte de ningún Código que no sea el Canónico y NO puede ser fundamento porque
la religión se fundamenta en DOGMAS y los dogmas como comprenderán no admiten
discusión sino tener FE.
Si las leyes tuvieran como
fundamento la religión la “mega corrupción” que hoy agobia al Perú y confirma la podredumbre política no de ahora
sino que es parte de nuestra historia, por la Religión se abogaría por perdonar
a los fascinerosos, poner la otra mejilla, y dejar que Dios resuelva el
problema. Podredumbre que ha calado en toda nuestra Nación y sólo basta ver
nuestro comportamiento para convenir que estoy en lo cierto.
Finalmente no se si ustedes han
observado que NINGÚN Congresista ha
intervenido en el debate sobre la identidad de género ni el “matrimonio”
igualitario y si existe alguna iniciativa relacionada con temas relacionados no
pasa de ser la “pose para la foto”.
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