Escuché en la madrugara a Patricia del Río, en RPP, escandalizada decía que en las vacunas un 23% estaba dispuesto a SALTARSE la Cola y que los hombres son un poco más dentro del porcentaje mencionado.
En este País no sólo se saltan la cola los que buscan presentar documentos o venden el sitio por la premura que se tiene, ya porqué es el último día o porque el tiempo no alcanza si debe cumplir con si trabajo y bueno cualquier solución DEL MOMENTO puede tomarse si con ello supera la preocupación que domina sus reacciones.
En el caso del oxígeno la cuestión es MUCHO peor, aprovechan la cercanía de la muerte para beneficiarse económicamente los que distribuyen y envasan este producto.
Será hermosa la señora Del Río como lo es la señora Verónika Mendoza, pero ambas tienen el ALMA NEGRA que el mismo diablo dudaría en contratarlas, ¡¡¡LE PODRÍAN QUITAR EL PUESTO!!!
Les podré un ejemplo:
Uno de los tantos idiotas que navegan en la Red, puso en facebook un letrerito que decía más o menos lo siguiente:
"?Hasta cuando esperara la Fiscal de la Nación para sancionar a las beneficiarios VIP de las vacunas".
Comenté la petición en los siguientes términos:
"La cuestión es, primero identificar que DELITO se pudo haber cometido, Segundo. Hay un bien jurídico protegido -por lo menos en el entendido que la "pandemia" MATA, y ese bien es LA VIDA.
Quién se pone una vacuna sabiendo que al hacerlo deja a una persona que está más expuesta al peligro de contagio que él y si además promovió la vacunación de sus padres, esposa e hijos ¿Agrava el Delito? o por el contrario intentar salvar su vida y la de los suyos es una cuestión atenuante o exculpatoria y si en el interí luego de vacunarse hasta el momento en que los hechos se descubren, ¿De cuantas muertes puede ser culpable?.
No hay que hablar o escribir por hacerlo, debemos meditar que hubiéramos hecho nosotros en circunstancias exactamente iguales".
Así que ya saben LA VIDA ES UN PRIVILEGIO QUE NOS BRINDA EL CREADOR DÍA A DÍA y cuidarla resulta imperativo, comprendo el dilema planteado por Patricia del Río, REPUDIO el fingimiento y sus críticas que jamás haría si tuviera que elegir entre la vida de su hijo y la de un desconocido que lucha por salvar vidas (como las de su hijo) sin tener ninguna garantía que no se contagiará.
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